Escrito por María Eugenia Raffaele
Quizás la siguiente sea una de las interrogantes más comunes en el mundo de los negocios: ¿Un líder nace o se hace? Si bien algunas personas ya tienen ciertos rasgos incorporados desde el nacimiento, la realidad es que cualquiera puede ocupar un rol de liderazgo. La cuestión yace en el cómo…
De seguro has escuchado más de una vez la frase: “esa persona nació para ser líder”. Bueno, si crees que el liderazgo es algo innato, entonces tienen que existir algunos factores de personalidad que hacen que los individuos tengan una facilidad natural para liderar. De ser así, organizaciones que gastan millones de dólares anuales en programas de desarrollo de liderazgo, como Google o Apple, están invirtiendo dinero en vano. Pero, ¿realmente se equivocan o hay algo más detrás del liderazgo?
Aunque es cierto que algunas personas tienen cierta “chispa de liderazgo”, son carismáticas, propensas a resolver problemas con gran velocidad, toman decisiones de forma acertada, y logran inspirar a su entorno, yo creo que el liderazgo no es una ciencia, sino que es un arte – y como tal, con el tiempo puede ser refinado y perfeccionado. Siempre y cuando las personas estén en el lugar y el tiempo adecuados (hoy en tu organización), cualquiera puede desarrollar y cultivar las habilidades necesarias para convertirse en líder. Entonces, ¿un líder nace o se hace? Todo depende de las oportunidades que el contexto tenga para ofrecer.
Que NO es el liderazgo
Si alguna vez te enfrentaste al dilema entre lo natural y lo adquirido para responder si los líderes se hacen o nacen, mi recomendación es que primero definas qué es un líder. La figura del líder no tiene nada que ver con la edad, el seniority, o la posición dentro de la jerarquía organizacional, y definitivamente alguien no se convierte en líder sólo porque le fue otorgado ese rol (de allí nace la diferencia entre líder y jefe). El liderazgo es un proceso continuo de influencia social e inspiración dentro de cada equipo para que sus miembros alcancen el máximo potencial. Al igual que cualquier otro proceso, debe ser acompañado y nutrido por esfuerzo, determinación, confianza, prueba y error, y por supuesto, experiencia.

¿El líder nace o se hace? Analizando el dilema
Para obtener un análisis más valioso, intentemos entender las dos posturas:
Postura 1 – Los líderes nacen, no se hacen
Para los defensores de la Teoría del Rasgo, el liderazgo es algo innato. Según esta teoría, hay personas que nacen con ciertas características, habilidades comunicacionales y carisma para influenciar, inspirar, administrar de forma efectiva y liderar equipos. De esta forma, otros individuos pueden seguir su visión y alcanzar objetivos comunes.
Entonces, si hay cierta predisposición innata en la personalidad de algunos individuos para ser líderes, ¿qué pasa con el resto? ¿Acaso el liderazgo puede darse sólo de una forma? ¿Qué pasa con nuestra habilidad como seres humanos para aprender, evolucionar y desarrollarnos con el tiempo?
Postura 2 – Los líderes no nacen, se hacen
La Teoría del Comportamiento, sin embargo, cree que el liderazgo es algo que se aprende. Los tiempos de aprendizaje varían según cada individuo, pero la realidad es que con tiempo, experiencia, disposición y práctica, cualquiera puede adquirir las habilidades necesarias para convertirse en líder.

El liderazgo hoy
El liderazgo acompaña la evolución del mercado. Hoy en día, el mundo es muy dinámico como para pensar que las personas pueden “nacer” con la capacidad de liderar, por eso la pregunta “un líder nace o se hace” parecería haber quedado obsoleta a la hora de hablar de liderazgo. Las características del buen liderazgo actual han cambiado en comparación a las de décadas pasadas porque el mundo de hoy también cambió. Supongamos que tu compañía se ha mantenido en el mercado por mucho tiempo, ¿acaso los líderes destacados de los 2000 continúan manteniéndose vigentes y relevantes con las demandas de liderazgo de la actualidad? ¿Cómo lidian con sus equipos remotos? ¿Y cómo manejan situaciones de crisis, o las habilidades blandas necesarias para contener y mantener el compromiso de los colaboradores?
Para poder responder el dilema entre lo innato y lo aprendido, deberíamos cambiar el foco de la discusión y en vez de mirar al líder, tendríamos que examinar el contexto en el que se hacen los líderes.
¿Cómo se hacen los líderes?
Si todavía crees que los grandes líderes no se hacen, sino que nacen, te recomiendo que mires hacia el pasado y pienses en esas personas que trascendieron en la historia. Notarás que estos individuos comparten características comunes que no solo los hicieron únicos, sino que también los ayudaron a introducir ideas innovadoras para cambiar el mundo. ¿Estas personas eran líderes natos? No, los diferentes contextos y desafíos que enfrentaron y las oportunidades que tuvieron les permitieron desarrollar habilidades y hábitos que los convirtieron en ejemplos inspiradores de liderazgo.
Desde Nelson Mandela hasta Kamala Harris, Elon Musk, Steve Jobs, o Melinda Gates (la lista de líderes inspiradores es infinita) podemos ver una característica en común: Estas personas no buscan liderar, sino marcar una diferencia. Encontraron obstáculos en el camino y tuvieron que hacer un gran esfuerzo para continuar creando e innovando con gran coraje, sin importar las circunstancias. Todos estos individuos cometieron muchos errores y se enfrentaron a la decepción más de una vez, pero mantuvieron la confianza, el compromiso y la flexibilidad para cambiar de dirección en caso de ser necesario.
¿Cómo se construyen a los líderes en las organizaciones?

Las situaciones internas y externas que afectan a tu organizaciones tendrán un impacto en el tipo de líderes que tendrás. Volvamos a la pregunta inicial: ¿los líderes se hacen o nacen? Si crees que nacen, la idea de que el liderazgo es una habilidad innata reservada para unos pocos no te permitirá descubrir talentos prometedores que pueden hacer la diferencia en tu compañía como líderes. En cambio, si crees que se hacen, tienes que tener en cuenta que con una cultura organizacional adecuada y las herramientas digitales para el desarrollo profesional, puedes entrenar y nutrir a tus líderes para que puedan lidiar con cualquier situación interna o externa – desde personas abandonando la organización hasta una crisis global inesperada – de forma exitosa.
¿Qué puedes hacer para preparar a tus líderes?

Entonces, ¿los líderes nacen o se hacen? El veredicto
Creo que este tipo de preguntas sirven un propósito: Mantener vivo el debate para continuar escuchando otras miradas y opiniones. Concluiría diciendo que, aunque puede que exista un pequeño porcentaje de líderes natos con características individuales que les permite alcanzar puestos de liderazgo, no existe una sola forma de liderar. Entonces, ¿puede el liderazgo enseñarse? Por supuesto que sí. ¿Cómo? Simplemente dejándolo ser. El contexto y las oportunidades adecuadas pueden hacer grandes líderes.