Cuando se trata de prosperar en medio de la incertidumbre económica, fomentar una cultura organizacional empática, que además priorice a las personas, es el camino al éxito. Dar lugar a la autonomía, combatir el agotamiento y fomentar la colaboración serán las tres principales tendencias de liderazgo para sobresalir en 2023.
Son tiempos desafiantes para ser líder. El aumento de la inflación, la escasez de talento y la volatilidad de las cadenas de suministros están llevando a los líderes a replantearse cómo priorizar el bienestar de sus equipos. Lo que comenzó como una relación disociada entre colaborador y empleador, con el tiempo cambió para permitir una leve conexión personal, ahora debe dar un paso más. Hoy la relación necesita evolucionar hacia un liderazgo centrado en las personas y así prosperar en un mercado cada vez más competitivo.
Los líderes que buscan retener a sus talentos e impulsar la innovación deben concentrar sus estrategias en torno al ABC de 2023: Autonomía, Burnout y Colaboración.
Autonomía, la protagonista:
La flexibilidad es cosa del pasado: este año todo girará en torno a la autonomía. Aunque los términos se utilizan a menudo indistintamente, la flexibilidad y la autonomía tienen implicaciones muy diferentes. De hecho, sin la autonomía como base, la flexibilidad se convierte en otra de las palabras de moda que no cumplen su cometido.
Los líderes que pretendan incorporar la autonomía a su modelo de trabajo deberán evitar los contratos con requisitos que especifican el dónde, el cuándo y el cómo, y empezar a promover un estilo de liderazgo centrado en las personas, basado en el empoderamiento mutuo. Esto significa escuchar activamente a sus equipos y co-crear un formato de trabajo que sirva para todas las personas que lo conforman.
Es fundamental tener presente que la autonomía es una de las necesidades psicológicas básicas que potencia la motivación humana. Por esto, los líderes centrados en aumentar el compromiso, retener el talento e impulsar la innovación se beneficiarán enormemente en el desarrollo de estrategias que prioricen y den lugar a la autonomía.
Burnout, cosa del pasado:
En 2022 se habló mucho sobre el bienestar y la salud mental en el trabajo, y temas como el Quiet Quitting y el Quiet Firing fueron tendencia en medios de comunicación y distintos espacios de trabajo. Aunque el entendimiento de la mentalidad de los colaboradores resultó valioso, los casos de burnout -caracterizado por el agotamiento, la falta de compromiso y la reducción de productividad- siguen en aumento.
Acabar con el burnout puede parecer una tarea gigantesca, pero es más escalonada que otra cosa. La escena inicial debe comenzar con líderes escuchando activamente a sus talentos averiguando qué valoran, identificando en qué están fallando y co-creando estrategias que les permitan rendir al máximo. Al mismo tiempo, deberán garantizar que el reconocimiento sea un hábito esencial de la cultura organizacional de la compañía, ya que de esa forma acelerarán su lucha contra el burnout. Vale aclarar que, para que el reconocimiento tenga un impacto duradero, debe ser regular, auténtico y con un alcance 360°. Esto significa que cualquier miembro de la compañía, desde cualquier lugar, puede reconocer y apreciar públicamente el trabajo, actitud o el comportamiento de sus colegas.
Dado que el burnout es una de las principales causas de renuncia, los líderes que tienen en cuenta la experiencia humana y dan prioridad a las personas no sólo aumentarán la productividad e impulsarán el rendimiento, sino que también podrán empezar a co-crear una cultura organizacional que atraiga talentos de clase mundial.
Un llamado a la Colaboración
No es ningún secreto que la colaboración ayuda a impulsar la innovación empresarial. Sin embargo, si piensas que las políticas que presionan a los profesionales a estar en el mismo lugar o fijarles miles de reuniones virtuales fomentarán la colaboración, estás equivocado. Por el contrario, este enfoque sólo sirve para eliminar cualquier sentido de autonomía que pueda tener el talento e incentivar el burnout.
La forma más eficaz de fomentar la colaboración -que al tiempo demuestra confianza y prioriza el bienestar- es crear una cultura organizacional que reúna a las personas en torno a un propósito en común. De hecho, sólo un 10% de aumento en la conexión que tiene el talento con el propósito de tu organización puede reducir la rotación y aumentar la rentabilidad.
Los líderes pueden sentar las bases de la colaboración abriendo canales de comunicación que les ayuden a descubrir la conexión entre lo que le importa a un individuo y el propósito general de la compañía. Unir ambas cosas mejorará exponencialmente los índices de retención e impulsará el crecimiento empresarial.
El 65% de los talentos admite haberse replanteado el papel que desempeña su trabajo en su vida, por lo que el valor que otorgan los líderes a la autonomía puede ser una de las principales motivaciones para que los talentos permanezcan en una compañía. Este sentimiento de confianza también servirá para erradicar los casos de burnout y mejorar los niveles de compromiso. Además, al basar su estilo de liderazgo en una estrategia diseñada para fomentar la colaboración y construir una comunidad en torno a un propósito en común, los líderes pueden ayudar a las compañías a superar cualquier reto que el mundo laboral pueda suponer.
StarMeUp facilita este proceso, ofreciendo a los líderes las herramientas que necesitan para permitir la autonomía, priorizar el bienestar y fomentar un sentido de conexión entre el talento, independientemente de la distancia que les separe. Aprovechando el poder del reconocimiento 360º, la escucha activa y el feedback continuo, StarMeUp ayuda a los líderes a crear una cultura centrada en las personas que potencia el talento y fomenta el crecimiento de las compañías.
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